viernes, 24 de febrero de 2012

Veronika decide morir.

Resulta que una de mis primas, sabiendo lo mucho que amo leer y que tenemos gustos parecidos, me envió por mail una lista con doscientos sesenta y pico libros para descargar y leer en la computadora. Para ser sincera, no soy del tipo de personas a la que le gusta leer libros a través de una pantalla; primero, porque amta mi vista y, segundo, porque creo que no hay anda mejor que sentir las hojas y el olor a libro mientras uno lee. Sin embargo, por simple curiosidad decidí leer los títulos. Encontré libros como la trilogía de "El señor de los anillos", "Las crónicas de Narnia", "El origen de las especies", unos que hablaban sobre el reiki o sobre los misterios de los niños índigo, uno que otro de Isabel Allende y otros tantos de Coelho. A muchos ya los había leído o escuchado nombrar y, a otros tantos los desconocía completamente. Repasé la lista una y otra vez pensando en lo lindo que sería tener esos libros en mis manos. En el tiempo que me llevaría conseguirlos a todos y en el espacio que necesitaría apra poner una biblioteca donde quepan junto a los libros que ya tengo.

Así, soñando con una habitación con paredes repletas de estantes con libros, me disponía a cerrar la página y tirarme en la cama a escuchar música y desconectarme del mundo (como es normal en mi vida estos días), cuando un título llamó mi atención: "Veronika decide morir" de Paulo Coelho. Este título me resultó tan familiar. Como si nos reencontraramos luego de mucho tiempo y, como dos viejos amigos, después de mucho tiempo sin verse, se cruzaran por pura casualidad y decidieran ir a tomar algo para ponerse al día, este libro me invitó a leerlo. Un poco queriendo, un poco a mi pesar porque sabía que iba a terminar con los ojos irritados, acepté su invitación.
Empezamos nuestra tan esperada conversación (porque de verdad aprecía que aquel libro me estuvo buscando desde hacía mucho tiempo) a eso de las dos de la tarde y no fue hasta esod e las cinco, y después de unas cortas interrupciones y de unas cuantas tazas de té de por medio, llegó la hora de despedirse con mucho cariño de ese amigo tan especial esperando, volver a encontrarnos nuevamente, esta vez cara a cara (u hoja a cara, que creo sería lo más correcto).
Luego de este encuentro tan inesperado y tan bonito, era hora de vovler a la realidad, pero aún no estaba lista. Me levanté de la silla, tomé mi taza de té (que aún tenía algo), la coloqué sobre la mesa de luz y me tré en la cama mirando el cielorazo blanco que tiene esa mancha que tanto me recuerda a una barco luchando con las olas de una gran tormenta para llegar al fín a su destino. Pero esta vez el barco no era importante. Tampoco me puse a escuchar música, no era el momento adecuado para eso, aún no.

Necesitaba pensar. Pensar en Veronika, en su vida y en la mía. En lo mucho que nos parecemos y en lo mucho que nos parecíamos. Pensar en mi pasado... y en mi presente. ¿Cuántas veces dejé de hacer o pensar hacer algo sólo para que mis padres no se sintieran defraudados? ¿Cuántas veces intenté contener mis emociones y pensamientos para que la gente no pensara que estoy loca? ¿Cuántas cosas dejé de lado por miedo a ser diferente?
hace tiempo leí que alguien (no recuerdo quién) dijo que las únicas personas que realmente viven sus vidas libremente son los locos, porque ellos no sienten que deben preocuparse por lo que pensarán las otras personas porque, después de todo, ellos ya están locos. Y si una persona es considerada loca por in en contra de la corriente, de lo que está establecido como normal dentro de la sociedad; y si la locura hace que una persona pueda realmente vivir la vida, entonces.... Entonces no me importa estar loca.

Entonces, mientras la mayoría de las personas de mi edad pasan un viernes por la noche saliendo a bailar y emborracharse, yo me voy a quedar en mi cuarto acompañada por una taza de té y conversando con algún buen libro con él que me encontré de casualidad mientras paseaba por ahí. Mientras que la sociedad estableció que las mujeres debemos ir por el mundo vestidas de una manera realmente provocativa, yo me voy a poner mi falda con encajes cuyo largo llega hasta las rodillas, de forma acampana lograda por un petticoat; una blusa cerrada hasta el cuello y que esconda mis hombros; medias altas para ocultar la piel de mis piernas; y zapatos que se asemejan a los que usaba cuando aún era una niña. Y a todo esto lo hago porque estoy loca, pero eso no es realmente malo, verdad? Porque eso significa que realmente estoy viviendo mi vida.

2 comentarios:

  1. wooouuu tremenda historia jeejjee muchos libros y los de los cosplay te apoyo totalmente esas personas asustan

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  2. Yo tambien amo tener los libros en la mano, todavia soy un poco reticente a leer de la pc, aunque tengo dos o tres libros digitales.
    tu plan me parece perfecto! es lo que yo haria...solo que tengo mucho sueño jaja.
    veronika decide morir es una gran historia, la ley pero planeo volver a leerla, creo q no termine de entender todo jeje.
    :D

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